Gustav
Mahler compositor y director de orquesta
austríaco (Kaliste, actual Austria, 1860 – Viena 1911).
Aunque
como intérprete fue un director que sobresalió en el terreno operístico, como
creador centró todos sus esfuerzos en la forma sinfónica y en el lied, e
incluso en ocasiones conjugó en una partitura ambos géneros.
Su
revalorización fue lenta y se vio retrasada por la llegada del nazismo al poder
de Alemania y Austria: por su doble condición de compositor judío y moderno, la
ejecución de la música de Mahler fue terminantemente prohibida.
Mahler
ingresó a los 15 años en el conservatorio de Viena y se graduó a los 18.
Una
oportunidad única le llegó en 1897, cuando le fue ofrecida la dirección de la
Ópera de Viena , con la única condición de que apostatara de su judaísmo y
abrazara la fe católica. Así lo hizo y durante diez años estuvo al frente del
teatro.
Sin
embargo, el diagnóstico de una afección cardíaca y la muerte de una de sus
hijas lo impulsaron en 1907 a
dimitir de su cargo y aceptar la titularidad del Metropolitan Opera House y de la Sociedad Filarmónica
de Nueva York, ciudad en la que se estableció hasta 1911, cuando, ya enfermo,
regresó a Viena.
Compuso
nueve sinfonías terminadas (diez, si se incluyen los bosquejos de la décima). A
partir de la Quinta,
su música empezó a teñirse de un hilo trágico que alcanza en la Sexta, en la Novena y en esa sinfonía
vocal que es La canción de la tierra,
su más terrible expresión. Otras canciones son: El maravilloso cuerno de la juventud y Canciones para los niños muertos.
En la
película “Muerte en Venecia” está reflejada parcialmente la parte más escabrosa
de su vida. A mayores todo el film está musicalizado por varios movimientos de la Cuarta y Quinta sinfonía.
Sergio Trigo Rodríguez y
Roi Vázquez Graña
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